martes, 29 de mayo de 2007

Una 'entrada' violenta

Nuevas tecnologías, viejos vicios. Este artículo en El País confirma las sospechas. Ya están aquí. La red de redes se gobierna por la masa embrutecida, por el rumor, por los instintos más bajos. Son los mismos ánimos colectivos que empujan a tirar botellas a un entrenador, a insultar a un árbitro o a pegar una paliza a un pobre individuo en cualquier calle de pueblo. Iguales que los cuchicheos en las plazas de la ciudad o que los dedos que señalan a esa que es una prostituta. Igual que los que callan y comparten la tortura y el terror de los lugares donde ni siquiera es posible votar sin presión. El anonimato desde el que se refugia la gente para despojar la dignidad de las personas. Vuelve el juicio de la hoguera. Son violaciones virtuales, consentidas, compartidas y consumadas. Miles de pederastas en potencia. Serial Killers del youtube. Terroristas por el placer cibernético. No hay vuelta atrás, las máquinas se vuelven contra el hombre, contra aquello noble e incorrupto del hombre. Cada nueva ventana digital genera un millón de miradas viciadas y sólo unas pocas limpias, las vuestras, la tuya, la tuya y la tuya. No nos abandonemos.
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Olvidad esto que escribo y disfrutad, por compensar, de este breve vídeo que repasa la belleza de la mujer en los retratos del arte occidental.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Capullo de Jerez


Quiero huir de la campaña electoral, esconderme donde no pueda oír ni ver a ninguno de los bocazas que contaminan todo el sistema de medios de comunicación, blogosfera y calles con altavoces premodernos. Hoy me refugio fugazmente en mi querido Liverpool, volveré a casa con la música de los Beatles en el coche y disfrutaré de una tarde futbolística con un gran amigo, Jose. Quiero irme a la cama saboreando el triunfo de Benítez. Y si no ocurre, me emocionaré cuando Maldini levante la orejuda. Y, después, es probable que me baje unas canciones de Capullo de Jerez, un cantante que "encierra los secretos del flamenco más rancio". Rfa., uno de los autores del siempre interesante, fresco y lúcido blog Sindrogámico recuerda en un comentario algo que le ocurrió a un amigo en el Festival de Cante de Las Minas (La Unión, Cartagena, Región de Murcia):

Mi amigo estuvo allí hace un par de años para grabar un documental. Cuando volvió le pregunté qué tal, y me dijo que muy bien, pero que un día había sido incapaz de emocionarse. ¿Por qué?, le pregunté. Porque justo ese día actuaba Capullo de Jerez, me contestó, y mientras él se desgañitaba en el escenario, el público le aclamaba con gritos como "Capullo, eres el mejor" o "te queremos, Capullo". "No te imaginas lo difícil que era aguantar la risa, Rfa.", me dijo. Y entiendo a qué se refería, porque todavía hoy me parto al imaginarlo. ¡Para que luego digan que el flamenco es cosa seria!

martes, 22 de mayo de 2007

Lenguaje y enfoque de la realidad

Por culpa del hombre (género neutro en este caso, curioso) se extinguen al día 150 especies, según la ONU. Las mata con saña. Se trata de la mayor catástrofe biológica desde la desparición de los dinosaurios, a pesar de Monterroso. Aunque entonces no había ni hombres ni calentamiento global a quien culpar, lástima Al Gore.
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Según el Ministerio de Sanidad, en España se producen al día 250 interrupciones voluntarias del embarazo (datos de 2005).
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Yo me acostaría con el verbo impersonal y el eufemismo.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Fórmula Quinta y Fórmula Sexta




Los catalanes de Mediapro han adquirido los derechos televisivos de la Fórmula 1 (2009-2013): doscientos millones de euros para Bernie Ecclestone y los suyos. Es posible que para entonces no ocurra lo del pasado domingo. Fui a tomar un aperitivo con Juan y Leopoldo a Cafébar, mítico local de tapas en la céntrica calle Alfonso X el Sabio (Murcia), en el tontódromo.

Habíamos pedido un par de marineras –ensalada rusa sobre una rosquilla; a los que no son de aquí siempre se les cae al suelo– y unas cuantas cañas. La gente apiñada junto a la barra y en todos los grupos comentarios de mil expertos en Fórmula 1. “La salida es fundamental”. “El Massa ese cae en la primera curva”. “¿Hamilton? Tenían que haber puesto al español como pareja de Alonso, pijo”.

Se apaga el semáforo, los pilotos aceleran y pelean por ganar una posición. En la primera curva un grito conjunto acompaña el intento de Fernando Alonso de doblar a Hamilton por fuera. Fue una versión del olé de los toros –o de los rondos en los partidos de fútbol– que vaticinaba el esperado adelantamiento. Al final, frustración. “¡Si lo ha echado, eh!”. “A ver si ponen la repetición”. “Es que a Massa le pagan para ganar, no para hacer amigos”. “Ya, pero eso es ilegal”. Polémica servida para todo el aperitivo. Antes de la carrera, nadie se hablaba. Después, la gente saltaba de un grupo a otro para intervenir en la discusión. Son momentos divertidos para cualquier observador. La gente roba la palabra, impone su criterio, da la razón, pregunta, se acude a la historia reciente. Momento delicado: uno de los interlocutores desconocidos quiere mantener la polémica pero el otro no sabe cómo quitárselo de encima y la chica al lado recoge las migajas de la rosquilla.

martes, 15 de mayo de 2007

Arte y verdad

"The basis of art is truth, both in matter and mode. The person who aims after art in his work aims after truth, in an imaginative sense, no more and no less" (Flannery O'Connor).

No quiero ser pesado, pero ayer me emocioné. El episodio de House fue excelente. Cuando una obra artística –un libro, una película o el capítulo de una serie– respeta ese principio tan rotundo que señala O'Connor es inevitable conmoverse. Lo contrario sería mediocre. Uno da un paso más hacia la verdad de las cosas.

"No se engañe, yo hubiera matado al feto". En su casa, a solas, rompe el billete de las vacaciones y se tumba en el sofá. Enciende la tele. Todavía trata de recuperar en las yemas de los dedos el tacto del bebé.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Ni para empezar


Ayer, antes del excelente capítulo de House, la cadena Cuatro emitió una pieza promocional (mini ejemplo) que pretendía convencer a los espectadores de House que Cuenta Atrás, la serie protagonizada por el cantante de El Canto del Loco, Dani Martín, les iba a encantar. Con un estilo muy poco convincente, un montaje paralelo que mezclaba planos y frases geniales de House con auténticas mamarrachadas de un tal Corso, trataban de persuadir a la audiencia de la apuesta tan buena que hacía la cadena con la, oportunamente llamada, ficción nacional. Cuenta atrás es una serie de investigación policial (tipo 24) que pretende cautivar con casos de intriga y, sobre todo, con el actor protagonista, un simulacro de policía borderline. Pablo Corso lo interpreta de forma ridícula (pensad en vuestras primeras obras de teatro en el colegio) Dani Martín, que ha trabajado con Bigas Luna en Yo soy la Juani, película que nunca veré. En la primera escena de la serie, apoteósico, Corso aparece en la cama con dos chicas marcando el terreno. Muy sintomático.

Bien, antes de abandonar la sala de estar, tras el capítulo de House, me quedé hasta el primer corte de publicidad para confirmar mis sospechas. Estaba ya casi en el pasillo y Ana me dijo que ella sí lo iba a ver, y como ella, Marta, Belén, Blanca, Leles, Mari, Campa y doscientas mil españolas más.

–¿Por qué?
–Por el del Canto del Loco ese.
–Pues dice poco de vosotras.

Luego pensé en lo mucho que dice poco de nosotros. Me callé y me fui.

Menos mal que aun quedan unos ocho capítulos de la tercera temporada de House. Imagino la cantidad de cosas que podría decirle Hugh Laurie al aprendiz de actor ese si fuera real el reto que propone la cadena.

lunes, 7 de mayo de 2007

¿Dónde está Amèlie?

Antes del domingo, "somos de Royal", después, "ojalá aquí la derecha fuera tan moderna y moderada como Sarkozy". Por mi parte, solo digo que Sarko me recuerda a J.J. Santos.
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Algunas reacciones a las elecciones presidenciales desde l'Espagne: la rabieta y el análisis.


miércoles, 2 de mayo de 2007

Estilo y obsesiones

La semana pasada vi La Dalia Negra (Brian de Palma) y Scoop (W. Allen). El sábado volví a ver Pulp Fiction (Q. Tarantino). Me gustaría confirmar con alguien las siguientes sospechas. ¿Rueda Brian de Palma en todas sus películas una escena en una escalera? ¿No te parece Scoop una vuelta a Misterioso Asesinato en Manhattan? ¿Por qué las actrices que trabajan con él le imitan, en lugar de interpretar? ¿Te has fijado en un plano al que recurre Tarantino en todas sus películas? ¿Adivinas cuál es?