martes, 23 de septiembre de 2008

La calidad de empatía


Lo vi en directo el 18 de septiembre, en el informativo de las nueve de la noche de la Cuatro. Javier Bardem confiesa ante Iñaki Gabilondo que el dinero no le ha cambiado su forma de mirar la realidad. Ni de cómo reflexiona sobre ella. Es la segunda parte de la entrevista, desde el minuto 7:43, justo cuando reconoce que sabe perfectamente el dinero que gana, que no es tanto como la gente piensa.

"Ganar dinero cambia muy poco tu forma de pensar", dice Javier.

"Hay gente que con mucho dinero hace cosas maravillosas, y gente sin un duro que no deja de tocar los cojones".

"No se puede evaluar a las personas -no lo digo por mí- por su calidad de vida, sino por la calidad de su pensamiento, por su calidad emocional, por su calidad de empatía".

"Me ha encantado estar contigo, Javier", termina Iñaki.

A tres segundos

El 16 de septiembre Arturo volvía del trabajo a mediodía. A las catorce horas, trece minutos, en la autopista A31, justo antes de entrar a Albacete, mientras escuchaba a Carlos Finally en Rock & Gol, un camión que venía en dirección inversa salta la mediana delante de él. El camión choca de forma frontolateral con un trailer que iba delante de Arturo. A tres segundos. Uno de los coches que circulaban en su sentido no logra esquivar el accidente y sale por la cuneta. Arturo detiene el coche a 50 metros del lugar del impacto. Una pareja de guardias civiles, que venían en dirección contraria, consigue sacar al conductor del camión justa antes de que empiecen a arder los dos camiones y el coche de la cuneta. Todo tres segundos antes de que él pasara.

Anoche me costó conciliar el sueño pensando en esos tres segundos, dijo.

-Por cierto, ¿sabes qué hacía la gente mientras los dos guardias civiles se jugaban la vida?
-¿Qué?, pregunté.
-Sacar fotos con los móviles. Te lo decía por lo que escribiste en el blog.

La noticia sería una más de cualquier periódico local, sino llega a ser por esos tres segundos, por el valor de esos dos guardias civiles y por la sorprendente indiferencia morbosa de algunas personas.

jueves, 11 de septiembre de 2008

La construcción de la realidad

¿Qué tienen en común estas fotos?
Thomas Hoepker, Nueva York, 11 de septiembre de 2001.
Spencer Platt, sur de Beirut, 15 de agosto de 2006.
Javier Bauluz, Zahara de los Atunes, 1 de agosto de 2000.

¿En común?
1. Revelan la indiferencia de occidente ante el dolor ajeno.
2. Muestran lo que muestran, y allá cada cual.
3. Cualquier encuadre es mentiroso porque es subjetivo.
4. Siempre hay que preguntar.
5. La fotografía es persuasiva y por tanto propagandística / publicitaria.
6. Las cosas no son lo que parecen.
7. Daría para mucho esta discusión, escribe otra entrada.

Hoepker hizo aquella foto el 11/S pero no la publicó pasados cinco años, por respeto. A pesar del retraso, nació una polémica en la que intervino un columnista del New York Times, cínico sobre la actitud de los jóvenes y crítico con esa supuesta América indolente. Luego llegó la replica de uno de los protagonistas de la foto, que se quejaba de que ni siquiera les habían preguntado. El autor dijo que vio la escena idílica en un típico día espléndido, tal como hoy, de esos finales de verano y la fotografió. Aquí la explicación.

Algo parecido ocurrió con Spencer Platt, premiado por la World Press en 2006. Él tomó la instantánea tras el principal bombardeo en Beirut, pero no preguntó y la imagen llegó a todos los lectores de periódicos como un icono de la indiferencia de los libaneses ricos ante el horror ajeno. Culpa, sobre todo, de los periodistas que interpretaron la imagen. ¡El peligro del pie de foto! Al parecer, los del coche (alguno de una ONG) eran libaneses, que simplemente iban bien vestidos y acompañaban a uno de sus amigos para localizar sus casas entre los escombros. Aquí la explicación.

Por último, la foto de Javier Bauluz generó una interesante polémica con Arcadi Espada por la supuesta falsedad de la imagen tomada en la playa de la Zahara de los Atunes. Según Espada, gracias al encuadre y al zoom, el fotógrafo representó una falsa realidad: la indiferencia de dos personas que toman el sol y el inmigrante, muerto, al lado. Aquí (I, II y III) la explicación.

[Actualización, 12:47]

Me dice José Luis que Sergio ha comentado en su blog los 20 casos más famosos de manipulación digital publicados en la prensa. Se puede ver ahí y también en El Rincón de Pacotto, con una perla falsa de regalo, del sensacionalista The Daily Mirror.

martes, 9 de septiembre de 2008

Por un puñado de imbéciles

Desde abril, desde No es país para viejos, uno ha valorado el trabajo de Javier Bardem y le ha respetado por su excelente interpretación. Una película genial, una novela magnífica y unos directores, los Cohen, ya legendarios: óscar y carrera asegurada en Hollywood. Está a punto de estrenar la de Woddy Allen, vive con Penélope Cruz, gana mucho dinero y la gente le admira.

-¿Qué mas quieres, Bardem?
-¿Por qué llamas "puñado de imbéciles" a todos los españoles?

Uno sabe que muchos le juzgan con prejuicios, que no valoran su trabajo y se quedan en su época pancartera. Pero justo ahora, cuando ya le empezaban a respetar, llega a la revista del New York Times y se marca la de que no es profeta en su tierra.

-¡Qué pena, cómo se te calienta el morro, chavalote!

Ya empieza la jauría mediática y bloguera.

[Actualizado, a las 11:24 del 11/09/2008]

Santiago González reflexiona sobre la confusión generada entre Bardem, la periodista y los comunicados de ida y vuelta. Muy fino, como siempre.

lunes, 8 de septiembre de 2008

A bordo del Nautilus


José Alberto García Avilés desciende a las profundidades televisivas con El Nautilus, un blog donde analizará las tendencias en la televisión, la que "no pertenece a los tiranos". José Alberto, aparte de amigo, es profesor de periodismo, escritor y un gran contador de historias. Por fin ha decidido emerger desde el fondo marino, y aquí ya tiene a uno para acompañarle en la próxima inmersión. ¡Enhorabuena!

miércoles, 3 de septiembre de 2008

"Era un buen vecino, paseaba al perro"


¡Vaya con los genes! Está todo escrito, hombre. Que una mutación provoca la infidelidad y la deslealtad hacia la pareja, que no te habías enterado, que lo dicen en Estocolmo.

Típica noticia de Antena 3.

El redactor de turno la ha leído en el periódico, luego llama al cámara y juntos se van al barrio con más cachondeo (si es de Sevilla, mejor*), pasean la alcachofa, importunan a los transeúntes, llevan el bruto a la redacción, montan el vídeo, hacen una entradilla simplona, refrito del periódico, ponen voz cantarina y ya tienen la noticia.

Aunque eso ahora también lo hacen los periódicos serios en sus páginas webs.

Algunas frases cazadas al vuelo de ese vídeo:

"Es que somos infieles por naturaleza".
"Yo creo que es verdad".
"Pues sí".
"Lo mismo que el ladrón, que lo lleva en los genes".
"Yo me lo creo".
"Llevo veinte años casado con mi mujer... Y hasta ahora".
"El que es infiel, es infiel, ¿qué culpa tienen los padres?".

Las palabras de los ciudadanos en las encuestas son, la mayor parte de las veces, una ristra de tópicos, frases hechas, estereotipos y chistes malos. Este vídeo me ha recordado un texto de André Lapied que leí en el blog de Arcadi Espada y copio/pego:

«Comencemos por aplicar el precepto según el cual cuanto menos se tiene que decir, más se debe hablar. Quien no tiene nada que decir es, pues, el que será entrevistado con prioridad por los medios. ¿Cuántas veces hemos oído a testigos de hechos diversos o de catástrofes decirnos que las explosiones provocan un gran ruido, que las ametralladoras crepitan, que los bandidos huyen en coches rechinando los neumáticos, que los incendios generan un enorme calor, que el agua sube rápidamente durante las inundaciones, que los muros vibran cuando tiembla la tierra? Debemos considerar eso como informaciones. Son sabrosas también las palabras históricas de los conocidos de los criminales: gente cortés, bien educada, llevándose perfectamente con el vecindario, con una tranquilidad a toda prueba; ¿quién habría podido imaginar que individuos tan perfectos fuesen asesinos en serie, terroristas o pedófilos traficantes de niños? ¿Cómo resistir al pesar de los anónimos que deploran la desaparición de otros anónimos? Entre el florilegio: «La víctima bien podría haber sido yo», «Es muy triste para la familia», «Hay que ser solidarios». El entrevistador busca, pues, prioritariamente no la información útil o una interpretación clarificadora sino los lugares comunes y los juicios morales periclitados. Al margen de las exigencias de actualidad, el balance es muy halagador porque está permitido entrevistar a no importa quién sobre no importa qué asunto. No se requiere ninguna competencia de conocimiento, muy al contrario, el transeúnte es el igual de los expertos. Escuchando el tejido de trivialidades que resultan de este método, somos animados a repetir como loros las mismas pamplinas. Evitando dar la palabra a quienes tendrían un punto de visto motivado, eventualmente hasta pertinente, sobre la cuestión, la contradicción es evitada a buen seguro. La originalidad del propósito, adversario del pensamiento único, es así salvajemente combatida por lo políticamente correcto.»

*Hay algo que me irrita en las declaraciones callejeras de los sevillanos: ese tono de cachondeo que parece obligado por el estereotipo. No debo generalizar, lo sé.

Pie de foto: mi sobrino, un vecino ejemplar, disfrazado, antes de tirar la basura.