martes, 23 de marzo de 2010

La kipá multicolor

Había ido a una conferencia. Visitaba la universidad de Columbia por fin en un día soleado, y me paseé por el campus. Enfrente de la cinematográfica biblioteca central un grupo de estudiantes se manifestaba contra el “apartheid” del pueblo palestino en Israel. Un judío ortodoxo discutía con otros dos estudiantes. Pensé que el señor había ido a protestar contra los del grupo pro Palestino, pero estaba equivocado. Uno de los organizadores, Ahlá*, libanés, me dijo que el judío ortodoxo estaba con ellos y que llevaba varios días ahí, argumentando contra la postura de Israel en Oriente Próximo. Algunos judíos se le acercaban para llamarle de todo menos guapo. Eso contaba el simpático chaval de la organización, que luego trató de involucrarme. “No, ya tengo bastante con lo mío, sólo me interesaba”.


Hice varias fotos, pero esta última me gustó especialmente. El sábado posterior, mientras tomaba unos vinos con unos amigos antes de pasear por Brooklyn, enseñé la foto ilusionado. “Véis, simboliza que el entendimiento es imposible; los dos con la boca abierta, discutiendo, separados por las dos orejas sordas del tipo del medio”. Así iba, emocionado, peleándome con mi inglés, cuando Samira, una amiga francesa, dijo: “Me encantan los colores de la kipá del tipo del medio, es muy cool”. Así acabó mi aventura fotoperiodística.

* No sé cómo se escribe.

miércoles, 3 de marzo de 2010

The Metropolitan Museum of Murcia


Hago mío este texto de Miguel Ángel, amigo de otro amigo mío, Leopoldo, titulado Murcia Times:
Cada vez que viajo y tengo que explicar dónde está Murcia siempre me encuentro con el mismo problema. Aquí en Massachusetts, donde tienen dificultades para ubicar África y Europa, no os quiero ni contar lo difícil que es tener que explicar de dónde viene uno, así que acabo diciendo que Murcia es un lugar pequeñito en el sureste de España, a medio camino entre Sevilla y Barcelona. Y cuando me preguntan “¿y qué hay allí?”, para abreviar siempre respondo lo mismo: buen clima y buena gente.

Este domingo, mientras trabajaba en la biblioteca del Clark Art Institute, un colega americano se me acercó y me dijo, en perfecto acento de Philadelphia, que lo había engañado. Cuando lo miré extrañado, me enseñó el New York Times y me señaló un artículo en el que Murcia aparecía como la arcadia del arte y la cultura. Me preguntó si todo aquello era cierto o era tan sólo una exageración para atraer a turistas incautos. Después de leer emocionado el largo texto, y comprobar el despliegue de información, le dije que no sólo era cierto, sino que se habían quedado muy cortos. Culturalmente Murcia es eso y mucho más. Es también el Cendeac, el Lab, el Centro Párraga, la Filmoteca, otras galerías, otros museos...** Me quedé en silencio unos segundos pensando y le espeté: "la verdad es que Murcia es realmente un hervidero cultural". Fue entonces cuando mi colega me dijo que había sido muy mal embajador de mi tierra, y que si él viniera de un sitio así no dudaría en presentarlo con la cabeza bien alta. Y la ciertamente tenía razón. Lo que son las cosas, a veces hay que irse muy lejos para darse cuenta de lo que tiene uno.

Para redimirme, lo que he hecho de momento ha sido robar el periódico de la biblioteca y clavarlo con chinchetas en la habitación de mi casita de madera. Murcia ya tiene nombre y lugar en el mapa. Si me pierdo, la gente ya sabe dónde está mi hogar.

¿Qué queréis que os diga? Tiene mucha razón. Aquí, desde Manhattan, uno también echa de menos su tierra, y a veces uno se achica para explicar dónde está o cómo es. Aparte de lo conocido (buena gente, buen clima y buena gastronomía) tenemos cultura de primer orden, de hecho, nos postulamos como capital europea de la cultura. ¡Ay, los murcianos! Que damos poca guerra, estamos ahí abajo, calladicos, y nos merecemos mucho más respeto y atención.

* La foto del artículo ("El arte echa raíces en el fértil sol de Murcia") en el New York Times es de Miguel Ángel.
** Yo añadiría también el festival SOS4.8, y si nos ponemos en plan región La Mar de Músicas, el Cante de Minas, etc.