miércoles, 28 de febrero de 2007

Un homenaje: Achopijo

El próximo 13 de marzo en la Biblioteca Regional se celebra el I Ciclo de Blogs y Literatura. Entre los participantes está el autor del blog Achopijo, Yayo Delgado, periodista y auténtico narrador de la vida murcianística con ese estilo apachonado y divertido que esconde un gran observador. Se define: "Murcia en las venas y mucha malaleche, pero de la buena... Ironía desde la ignorancia... y tan ancho". Pena perdérselo.

martes, 27 de febrero de 2007

Mala uva (actualización: 21:39 horas)




Visto y sacado de El Mundo online. Sorprendentemente, también en El País.

viernes, 23 de febrero de 2007

Dialogar y ensillar: cosas de niños

Me ha contado mi hermana Susi lo que le ocurrió ayer con su hija Teresa, mientras le ayudaba con el estudio. Dentro de unos días, Teresa tiene un examen de vocabulario y su madre le pregunta por el significado de algunas palabras, y entre ellas están dialogar y ensillar.

Susi: ¿Qué es dialogar?
Teresica, muy dispuesta: Dialogar es la conversación de dos personas escuchándose, mientras se ponen en la silla de montar, encima de un caballo.

Mi hermana se parte de risa y mi sobrina tan seria, con cara de que se lo sabe muy bien.

miércoles, 21 de febrero de 2007

El eterno retorno


Es eso del ciclo, las modas que vuelven, recuperan lo pasado y lo venden empaquetado y limpio de impurezas. En la música y en la ropa es fácil verlo. No sé si en décadas pasadas ocurría algo parecido. Si hacemos un repaso a los últimos diecisiete años (1990-2007) podemos ver cómo se han rescatado la música y la estética de tres décadas: los sesenta (1990-1995), los setenta (1996-2001) y los ochenta (2001-2006). Ahora seguimos dándole vueltas al rollo ochentero, pero con cierto toque de los cincuenta. Pensaba esta solemne tontería cuando he leído que le han hecho un homenaje a Urrutia, el de los Gabinete Galigari. Aquí, en España, no dejamos de recuperar a nuestras viejas glorias y dedicarles discos homenaje, discos tributo que siempre interpretan los mismos: Calamaro, Iván Ferreiro, Amaya la de La Oreja, Carlos Tarque, Quique González, Ubago, Erentxun, Dani el de El Canto del Loco, Pau Donés, Drexler, Burnbury, Pereza, etc, etc. Ya se han hecho homenajes a Sabina, Los Secretos, Hombres G, Duncan Dhu, Gabinete Galigari, conciertos Tributo a La Guardia, La Unión y La Frontera, reediciones y sofritos a tutiplén, vamos. Seguro que me dejo un montón de grupos. La única que se salva de la quema es Alaska, con Fangoria, que al parecer sigue vendiendo discos como churros ochenteros. Al final, como dice esa canción de Putilatex, "moderno pero gorrino, ese es mi destino".

lunes, 19 de febrero de 2007

La vida como simulacro



Han inventado un simulador gráfico para superar el trauma de la guerra. El psicólogo Skip Rizzo (yo creo que es Vila-Matas haciéndose pasar por otro) lo explica: "El paciente se involucra en una experiencia muy interactiva en la que se intenta revivir la situación traumática, pero en un entorno de apoyo". Y ahora no dejo de acordarme de los exámenes simulacro que hacen algunos colegas para ayudar a los alumnos a mentalizarse y a probarse antes de los finales. De los simuladores de hipotecas que ofrecen los bancos en internet para que calculemos el precio de nuestra condena. De los simulacros virtuales de relaciones sociales, como el chat o el blogging. Nos permiten ensayar de todo para evitarnos el trauma del fracaso, para decirnos si podemos llegar al éxito o no, si merece la pena intentarlo. Y a veces nos creemos eso de la vida como simulacro, como si fuéramos a tener otra oportunidad para corregir los errores. Mientras, el reloj avanza, cumplimos años, aparecen las canas y la vida pasa.
¿Cómo era aquella frase de John Lennon?

viernes, 16 de febrero de 2007

Desconfía de los lavachoches


Hay asignaturas pendientes eternas: correr todos los días un poco para quitarse esos kilos de más, llamar a la madrina, lavar el coche con frecuencia, organizar una cena con antiguos amigos del colegio, ayudar a mamá a recoger sus poesías en el ordenador, reordenar los libros y las películas de las estanterías, cortar el césped cuando toca, continuar aprendiendo inglés… Son cuentas pendientes que nunca acaba uno de saldar. El otro día escuché en la radio uno de esos anuncios que prometen aprender inglés en muy poco tiempo con el método del Doctor Doolittle, o como se llame. Y se me ocurrió que, además de ver las películas en versión original (cosa que hago desde hace años), podía bajarme un par de archivos de listening del eMule. Al llegar a casa, ufano, encendí el ordenador y conecté el programa. Tecleé “Toefl Listening” y pinché en comenzar búsqueda. Lo de toefl fue por asegurar la calidad. Dejé al ordenador que trabajara.
Al cabo de unos días, volvi a meterme en el programa para descargar un par de canciones de Paul Westerberg y del grupo Sufjan Stevens. En el apartado de documentos descargados descubrí que ya disponía de la sesión de listening de Toefl. Me alegré y, para comprobar que funcionaba correctamente antes de meterlo en el iPod, lo abrí. Tardó unos segundos en arrancar. Para mi sorpresa, el archivo no era sólo sonoro. Qué interesante, me dije, es una sesión de vídeo. Estupendo, más divertido aún. Pero no había títulos, ni introducciones. El primer plano era el de un señor, con pantalones vaqueros ajustados y torso desnudo, tipo tarzán, que portaba un cartel en inglés: “Car Wash / 5$”. Vaya, pensé, una sesión de listening en vivo, en plena calle de San Francisco, por ejemplo. Pero me olía mal. Entonces, adelanté la pestaña del tiempo un poco: una ranchera azul para delante de tarzán, la cámara que le acompaña se acerca y enfoca en el interior. Una rubia teñida sonríe y anima al tipo, con un inglés más bien cavernícola, a que suba al coche. “Creo que esto no va de listening”. Para confirmar mi sospecha, volví a adelantar la pestaña un buen tramo del vídeo. Efectivamente, no había ninguna conversación, pero los protagonistas eran tarzán y la del bote. Apagué el vídeo y me puse a escuchar a Paul Westerberg: As far as I know (álbum, Folker), que enseña mejor inglés.
Y yo que pensaba que sería bueno afinar el oído.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Lo que Dios ha unido...

Que no lo separe la prensa.




martes, 6 de febrero de 2007

Rhynchophorus ferrugineus


El picudo rojo, que no es un mote de Zapatero, se ha cargado nuestra palmera. Mi padre la plantó en 1978, el año en que nací peligrosamente. La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (¡Gora!) nos indemnizará con unos cuatrocientos euros, daños morales causados por la plaga no incluídos. Yo no valgo tanto, aunque somos de la misma quinta, sin embargo su muerte me ha afectado. Era un árbol bonito, firme y me empujaba a crecer día a día. Teníamos una batalla mutua y, ahora, uno de los rojos se la ha cargado. En casa, además, me dicen que yo he tenido la culpa, que habré traído alguna de las larvas del picudo desde Elche, porque soy casi ilicitano y, según Ander, esos son los que hacen cosas ilícitas.

viernes, 2 de febrero de 2007

Pescanova: Lo bueno sale bien


Por orden del Ministerio de Sanidad las empresas de alimentación tendrán que demostrar que las promesas de sus campañas publicitarias (spot, gráfica, packaging, etc.) tienen validez científica. Que The Coca Cola Company aporte pruebas de la validez de su sensación de vivir o Nescafé de que su producto te levanta.
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Yo iría más lejos. Si se ponen quisquillosos con los alimentos, ¿por qué no pedir datos empíricos que certifiquen las estupendas promesas de la publicidad de coches, perfumes, inmobiliarias, destinos turísticos, presidentes del gobierno, champús, películas, discos o libros?
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Recuerdo cuando 2toievsky me decía que la culpa de la infelicidad, de las frustraciones y de las depresiones la tiene ese (ojo que viene un palabro) constructo psicosocial que promete la felicidad en el éxito social. Que la misma pelea por aspirar a esa felicidad es ya un fraude. Tanto las metas materiales: las carreras, las profesiones, las ropas, los coches, las casas, los veranos, las vacaciones, los complementos... Como las inmateriales: la idea de amor, de sexo, de familia. Incluso la propia idea de felicidad, decía, estaba viciada de raíz. Para pensar.