jueves, 28 de mayo de 2009

La mejor novela del año


Esta temporada del Barcelona ha sido la novela del año, la mejor película del festival, la historia más emocionante del abuelo, la conversación más apasionada de todas las noches entre amigos. Ayer leí que la literatura sucede en la mente y recordé aquel “el periodismo es un cuento” de Rivas o esos “cuentos del fútbol” de Valdano. El domingo, dos artistas, Serrat y Vila-Matas, charlaron sobre ese poema blaugrana y Ramón Besa lo contó. Enric González y Ramón Lobo, dos periodistas de pata negra, lo confirman cuando se cruzan con este deporte. Este Barcelona de Guardiola es un relato periodístico y literario: una aventura, un viaje, un camino, un conflicto, un antagonista, un desarrollo, unos personajes y un final maravilloso. En este Barcelona se integran de forma genuina las condiciones para enamorar al público. Mil detalles puestos uno detrás de otro, pero arriba la dedicatoria a Paolo Maldini de Pep Guardiola que emocionó al periodista de la Rai, según contó mi hermano desde Roma. Merece la pena leer las crónicas de los periodistas, porque en el fútbol, como en la vida, hay literatura. No es una ficción, no es sólo un juego, no es un simple espectáculo. El fútbol emociona desde un sofá como el pico de una cumbre a un montañero, las rampas del Mortirolo para un aficionado al ciclismo o una ola interminable en la playa de Mundaka para un surfero.

¡Sólo el once de ayer contiene tantos perfiles! Guardiola, un entrenador sin experiencia regresa a su hogar y devuelve a su equipo el honor perdido. Un tipo sensato, sin una palabra fuera del tiesto, que elogia a sus rivales y trabaja cada minuto de entrenamiento. Valdés, un portero cuestionado que da la talla en los partidos clave. Puyol, el muro de contención que sostiene la arquitectura. Silvinho, un lateral que mantiene la unidad del equipo y recupera su lugar en el once. Piqué, la camiseta cosida a los huesos, remonta al equipo contrario desde el mar como un salmón. Touré, brillante y rocoso, suma la calidad de Viera a la eficacia de Makele. Busquets, menos de una temporada para restituir el apellido familiar. Xavi, ¡el mejor jugador de la Eurocopa! A sus pies todos los centrocampistas del mundo. Iniesta, una luz creadora, un rayo a cámara lenta, cada regate en mármol. Henry, volvió del cementerio para susurrar a defensas y porteros, helados de miedo. Eto’o, el agujero negro en la zaga rival. Messi, los tacos de una bota sobre la hierba a veintitantos kilómetros por hora, una alfombra de jugadores esquizofrénicos y todos los ojos del mundo mirando un poco después que él. Este Barça. Un equipo fiel a su nombre, que grita valiente su estilo futbolístico y hermana a murcianos, extremeños, japoneses, castellanos, australianos y catalanes bajo los colores de una bandera que no es hostil.

Por favor, políticos maquiavélicos, inquisidores del micrófono, desquiciados de la columna, anónimos de la masa, sacacuartos de la tele, provocadores del palco, ultracobardes de la grada, no prostituyáis la belleza de este relato, del fútbol, del Barcelona y de cualquier equipo, con vuestras banderías políticas, vuestra irreflenable ansia de violencia o vuestra ambición económica.

lunes, 25 de mayo de 2009

Top 10 de Conversaciones Inútiles

1. Aborto, píldoras y seres vivos.
2. Corrupción política, Camps y Trillo.
3. Economía, reforma estructural.
4. El himno español y la Copa del Rey.
5. La vuelta de Sardá y la telebasura.
6. Cine de autor, Cannes, Anticristo.
7. La Iglesia Católica.
8. Raúl sí, Raúl no.
9. Papel vs Internet. A veces, el periodismo.
10. "En tu casa o en la mía".

Si tengo el placer de conocerte fuera de este matrix, por favor, no saques estos temas porque he perdido toda esperanza de que tenga sentido hablar, comunicarse. No sé si la baraja se rompió con el nominalismo de Ockham, el cogito ergo sum de Descartes, Derridá, Barthes, Foucault, Sartre o el postestructuralismo, la postmodernidad, en general, Dalí, Magritte, los diez minutos de Warholl, Chomsky o el mismísimo Luis Cobos. Da igual. Pide un par de cervezas, invítame a un cigarro, cuéntame cómo te gusta el arroz, si también te emociona el juego del Barça, dónde fuiste de viaje el fin de semana y si nunca te cansas de ver El Padrino.

El bono de la voluntad


Ahora que con el calor dan ganas de ir a la piscina, rescato del cajón de las cosas inútiles el bono que adquirí a comienzo de curso. Entonces pensaba en liberar la tensión de la espalda, desconectar del trabajo, mantener la línea y todas esas cosas que se predican del deporte en general.

Pero esos agujeros reflejan la poca consistencia del plan piscinero. ¡Seis veces seis! Ahí está, retratada, doblada en las esquinas, agujereada mi fuerza de voluntad. Cuánta razón tenía aquel que, señalando una cordillera lejana, subidas y bajadas, dijo: "Así eres tú". Y eso que no conocía este blog.