jueves, 30 de octubre de 2008

Seis años después

La onda expansiva me tiró a la cama. No había hecho caso de la policía secreta y me asomé a la ventana del segundo piso. Diez residentes estaban en el salón viendo Una historia verdadera, de David Lynch. Unos cuarenta cerraban sus libros en la sala de estudio. Habría muchos Casado de lengua española, otros tantos d'Ors de derecho romano y un puñado de Kotler para los gestores. El resto, a las 21:03, sólo hacía tiempo en sus habitaciones, armados de tabaco, antes de la cena. Brumb. Me incorporé, vi la columna de humo y salí al pasillo. Al poco, la policía secreta sacó a todos del Colegio Mayor.

Fue el 23 de mayo de 2002. Hoy, a diez metros, han puesto otro coche bomba los valientes, liberadores y comprometidos asesinos de ETA. Desgraciados.

Aquella universidad también es mi casa. Estudié allí. Trabajé allí. Viví allí. Mi cariño y comprensión para todos.

ETA Kanpora! No mataréis el pensamiento. No materéis la libertad. Inútil es vuestra mal llamada lucha, cobardes.

Foto EFE.

viernes, 24 de octubre de 2008

Chinchin y otras cursilerías

Revisar y parafrasear el famoso microrrelato de Augusto Monterroso es repetitivo. Pero si uno encuentra una versión ingenua y honesta, hay que destacarla. Además, parece sencilla y platónica a la vez. ¡No todo va a ser ir de machotes!

La versión se puede leer en servidor no encontrado, la autora entrevistó a un consultor de publicidad:

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Un sueño: -------

(es la última de las 20 cuestiones breves que ayudan a completar su perfil)

Y escribe: me despierto y ella ya está allí.
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Ya puestos. El otro día, en una cena: foie macerado con mermelada de violetas; carpaccio de tenera y un breve delicioso solomillo al Pedro Ximénez. Vino Ribera del Duero. Y en el tercer brindis:

-¿Y por qué brindamos ahora?
-Por aquello que pensamos y no decimos.

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Pie de foto: ¿Dónde miras, Natalie?

miércoles, 22 de octubre de 2008

Ese perro no contempla

Enrique tiene un presa canario encerrado en una cabaña. Lo veo todos los fines de semana en la curva que abraza la casa de los forestales. El chalet de Enrique está hundido en un bancal de limoneros y la jaula del perro queda a quince metros de la carretera. Detengo el coche, me asomo por la ventana y espero a que el ruido del motor le atraiga. Dos o tres segundos. El perro es majestuoso y se cuadra como un miura en el umbral de la puerta metálica. La cadena acorta su recorrido bruscamente y, en lugar de sentir el tirón, parece que se mueve la jaula. Luego mira hacia arriba, donde está el coche, a veinte metros. Pelo oscuro, moteado de marrones. La cabeza como un balón de fútbol sala y, sobre sus ojos, un antifaz gris. No gruñe, no ladra, no se mueve. Mira profundamente al conductor, que arranca al rato.

Enrique me dijo que se lo había regalado un amigo.

-¿Puedo verlo?
-Si te acercas, te destroza. Ese perro no contempla.
-Es una bestia, ¿y cómo le das de comer?
-Ya me conoce. Ya sabes que he tenido siempre perros, y los conozco.

Vi brazos y piernas esparcidos por el suelo.

No sé por qué detengo el coche cada vez que paso por allí.

martes, 21 de octubre de 2008

No a la pornografía infantil


¡No a la pornografía infantil!
Esto es para los que buscan angels, lolitas o preteens.
Aquí la explicación.

miércoles, 8 de octubre de 2008

"Si sangra, podemos matarlo"

El pasado 7 de octubre los programadores provocaron un trágico dilema en la zona levante: ¿O Rocky (1976) en Canal 9 o Depredador (1987) en La Sexta? Ambos son títulos reconocidos, con guiones excelentes. Resultado: cambio frenético de canal, pero más tiempo por la selva calurosa (“Camboya comparada con esto es Kansas”) de la mano de Arnold Schwarzenegger. ¡Los diálogos entre la cuadrilla!: “Si sangra, podemos matarlo”. Mi relación con Balboa por tanto fue intermitente y deficitaria, pero no me perdí su combate contra Apollo Creed. Este personaje lo interpreta el mismo comandante de Arnold en la jungla: Carl Weathers (voz de Constantino Romero). Weathers, Dillon con uniforme militar, es un jefe manipulador que acaba hincando rodilla por salvar su honra.

La pelea final entre Rocky y Apollo y la batalla nocturna entre Dutch y la bestia, “el diablo cazador de hombres”, son momentos que uno nunca se cansa de ver. John McTiernan, director de Depredador, tiene otros títulos inolvidables: La Jungla de Cristal (1988), La caza del octubre rojo (1990). Mc Tiernan usa el recurso que Steven Spielberg empleó en Tiburón (1975): no enseñes al bicho hasta el final. Así, mientras en aquella los compases de la banda sonora obligan al espectador a subir los pies al sofá, en ésta la peculiar visión ultravioleta del asesino alienígena genera la misma tensión. En fin, peliculones para entretenerse de verdad.

O eso, o el debate entre McCain y Obama.

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Al terminar este texto, me he preguntado qué dijo entonces el diario de referencia sobre Predator. Me lo temía: ¡estos productos vacíos de sentido! El crítico acude a la comparación Arnaldo-Silvestre y sale mejor parado el republicano.


lunes, 6 de octubre de 2008

El día que descubrí que en realidad muchas mujeres tienen tantos pares de zapatos como dicen


Este es el cuarto de una buena amiga que se confiesa adicta a los zapatos.

Trabajó como directora de producción de Maloles, una marca reconocida.

Me gustó el detalle de la foto polaroid para ordenarlos.

Sí, dentro del armario hay más.