miércoles, 13 de enero de 2010

Lo siento, América

La velocidad de la gente en Nueva York contrasta con mis torpes pasos por la ciudad. Ser un novato en Manhattan y disfrutar de una beca para trabajar en la Universidad me convierten en un bicho lento y raro entre saltamontes y libélulas. No tengo que producir como ellos, no tengo que competir como ellos, no tengo que silbar para coger un taxi ni meter el hombro para que no se cierre la puerta del metro. Por eso, “sorry” y “excuse me" son probablemente las palabras que más escucho cada día. Lo siento, América, déjame dar los primeros pasos tranquilamente.



Hye Yeon Nam (vía Daniel Tercero)

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Lo prometido es deuda: el parque de bomberos frente a mi casa.


Más fotos: mi universidad.

10 comentarios:

Marta dijo...

Da los primeros pasos tranquilamente. Y aún los segundos y terceros: mientras puedas...
Y si alguien te empuja por ir con prisas, sonríele, para que vea lo mucho que disfrutas del ritmo que te corresponde. Y si no cabes en el vagón del metro, espera al siguiente; quizá alguien se sorprenda de que la paciencia, la calma, la buena cara... son situaciones que existen también fuera de las películas ¡je! Incluso en rutina de la Gran Manzana ;)

Fran Galera dijo...

Los primeros pasos hay que disfrutarlos y si hay liberulas y saltamontes tu a tu ritmo que para eso eres "güertanico", el extres no va con nosotros.
Una entrada breve pero intensa, espero la siguiente ansioso.
Animo Man, disfruta y cuenta.
Un abrazo

Ché, qué gol! dijo...

Pero eso no sólo pasa en Nueva York, pasa en Londres, París e incluso hasta en Madrid. El gran problema que tiene la gente de Alicante es que van lentos, ya sean paseantes, transportistas y conductores. Aquí prima el morro y la vagueza, entonces no importa aquello que dicen: "por 5 minutos tarde no pasa nada".

A mí personalmente me desesperan conductores/as lent@s, abuelas pisando huevos que ocupan toda la acera y la típica familia que se para enmedio de una avenida o de un comercio para hablar o arreglar el carrito del bebé. ¡Coño, écharos a un lado!

Por todo lo demás, grande por seguir contándonos tu aventura por la gran ciudad.

Gosia dijo...

Las mariposas tienen su encanto. Vuelan aquí y allí...Cuando se posan pueden disfrutar de lo que los rodea, contemplar la belleza y burlarse de los demás cuyo único fin es saciar el hambre.

Esther dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Esther dijo...

Oye... la de negro ¿eres tú? cómo te ha cambiado la City!! :)

Me gusta ese nuevo estilo tuyo más poético (del post, no el pelito largo...)

eurogaceta dijo...

mola el vídeo, también tú reflexión....

Anónimo dijo...

Los saltamontes y las libélulas son frágiles, cualquier alteración en el medio pone en peligro su supervivencia. Los caracoles, aunque lentos, pueden esconderse en caso de catástrofe. Sí sí, los pueden chafar, ¿pero has visto lo largos que son sus tentáculos?...pues ahí tienen los ojos.

Nahum dijo...

Bueno, la tuya es una estancia a fuego lento. Hasta tus entradas andan con calma...

Por cierto, lo de vivir frente a los bomberos, ¿no es un incordio para dormir?

Walter Kung Fu dijo...

Sintomático, lo primero, darte la enhorabuena por el sueño cumplido. Y lo segundo, decirte que esperaré tus post neoyorkinos con la misma avidez que los de Nahum,