viernes, 8 de enero de 2010

Estereotipos y desencantos


Esto lo escribo desde el apartamento. Ayer me instalé, día de Reyes, como un niño con juguete nuevo. Era como si nunca hubiera visto frigorífico, cama o cuarto de baño. “¡Eh, ¿dónde vives?!”. “En la tercera con la segunda, al este de Manhattan, a unos minutos de la milla de los museos, donde Woody Allen”. Casi nada. Pues ahí está la clave de lo que pago por la casa. Y cambio de tema.

El apartamento está a dos manzanas de una estación de metro, que, con transbordo en el Bronx, me deja en la universidad, en Fordham Road. Hoy cogí un autobús que atraviesa el Bronx desde Harlem. Había muchos latinos y negros. A diferencia del metro, la gente hablaba. Y si gritaban era sólo en castellano. De cada cuatro pasajeros, dos tenían algún tipo de cojera. Voy a investigar el origen, pero supongo el crack. En NYC, no todo son puentes de Brooklyn (foto).

Hoy he confirmado varios de los estereotipos de Nueva York: la tienda de comestibles y la lavandería. La despensa lo pedía a gritos. El dueño del piso me había dejado pasta, leche y un par de manzanas bailando en la puerta del frigorífico. La tienda parecía cara, y lo fue. Lo veía venir, pero mi estómago me cegó. La próxima compra la hago en Chinatown (foto), con perdón por los gatos de Mulberry Street. Se comenta.



En el sótano de mi edificio, una antiguedad de ladrillo blanco de seis alturas (en el quinto, un servidor), hay tres lavadoras y cuatro secadoras. Funcionan con monedas: 1,75$ el lavado y otros tantos dólares el secado. En una hora y media ya tenía la ropa limpia, seca y doblada en el armario. En mi calle compiten otras dos lavanderías, ambas manejadas por orientales. En una de ellas he dejado un par de camisas que me urgían para el trabajo: la plancha del apartamento sólo sirve para la ropa de los gatos de Union Square (tercera foto).



Las sirenas de la policía y de los bomberos suenan en barrios lejanos como gatas en celo. Enfrente del edificio queda uno de los pocos parques de bomberos clásicos de Nueva York (ay, la foto). El alcalde, Michael Blomberg, los está cerrando para eliminar ruidos de las zonas residenciales. El de esta calle no entró en el plan, pero los vecinos de la zona están recogiendo firmas para que los quiten. Eso me contó Gianni, el dueño del piso. Me dijo que los vecinos del edificio son gente stuck up, arrogantes, que andan como oliendo orines. Me lo contaba en un buen castellano mientras paseábamos por el vecindario. “Aun así, los bomberos, por deferencia, no suelen enchufar la sirena hasta las grandes avenidas”, señaló.

Gianni, italiano, ronda los cuarenta. Bebe mate y vive desde hace quince años en Nueva York. Pero está desencantado con la ciudad. “Es como un gran parque de atracciones con turistas ansiosos”. Él se pasa gran parte del año viajando, especialmente por Sudamérica. Costa Rica, el último país. Si por la biblioteca pudiera decirse algo de una persona, para mí es un gran tipo. Buen gusto en la literatura (McCarthy, Borges, Màrai, Pynchon, Werfel, Pirandello, Cervantes), una balda completa de libros sobre el guión (Syd Field, Rodríguez, Edward Burns) y decenas de curiosidades (un Che Guevara, diccionarios de español, árabe, italiano o un libro de astrología dialogando con uno sobre iMac, pegado a otro sobre Hizbullah). Estudió derecho en Italia, ha trabajado de ayudante (su título es nulo aquí) en despachos de abogados americanos y ahora está, como él dice, “jubilado”. Qué crack. Claro, conmigo hace negocio.

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Más fotos.

11 comentarios:

Raúl Cornejo (Vivir Rodando) dijo...

Fabulosa crónica. En especial cuando hablas de los precios. Cuando uno dice que vive en "la segunda con la cuarta... " mola mucho

eurogaceta dijo...

Al rimto que llevas acabas con el estado de Nueva York en dos semanas... pero echo en falta alguna reflexión sobre el gran templo neoyorkino, lugar de peregrinación para el sufrimiento en la última década: el Madison!... los Knicks necesitan tu apoyo!... abrazo, disfruta de la experiencia

Nahum dijo...

Claro, claro, si te hubieras ido al Bronx o a Brooklyn, como el resto de mortales, no pagarías tanto ni le pagarías el turisteo a Gianni...

Lo de ir oliendo a orín está muy bien. Los neoyorquinos (los que llevan viviendo allí más de un siglo) siempre han tenido fama de estirados, de tener una ciudad ajena al trasiego de turistas y trabajadores extranjeros. Pero nunca lo había visto tan bien descrito.

Pablo Poveda dijo...

Ayer mismo estuve viendo New York, I Love You y aparecía el barrio de Chinatown como describes.

Viendo las fotos... vaya envidia.

Por cierto, no olvides ir a Corner Bistro, me lo recomendaron personalmente. http://bit.ly/7bcipv

Marta dijo...

Sí, eso de vivir "en la tercera con la segunda" ¡mola! Claro, suena a película americana ¡jaja! Si yo digo que vivo en Ajuriaguerra con Iparraguirre, a cualquiera le da risa pero lo tuyo... como dice Nahum, ¡nivelón, jaja!

Oye, con esa biblioteca, ya tienes entretenimiento para los días heladores en que no te aventures a salir de casa.

¡Cronicón! Veo lo que viste; será porque todo está muy bien contado :)

Fran Galera dijo...

Miguel,

Me encanta saber de ti creo que estoy conociendo NY gracias a ti, me alegro que ya estes instalado en el piso "la segunda con la cuarta" IMPRESIONANTE, las fotos son muy chulas, asi que metele caña a los americanos.
Estoy deseando la proxima entrada,como decia Alberto una entrada de picias estaria graciosa!!!!
Es solo una sugerencia.VISITA EL MADISON YAAA!!!
Un abrazo maik,

Caco dijo...

Gestionando la visita nene... probablemente para la semana del 24 al 31 de marzo, aún por confirmar. Quiero ver una foto con la bandera de tu patria chica en tu casa pero ya.
Muy buenos posts migueles, se te intuye feliz.

Abrazo fuerte perete.

Ché, qué gol! dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ché, qué gol! dijo...

Grande miguel, por aquí sigo tus andaduras en Nueva York. Que no se te olvide visitar el templo del Madison e ir a ver a los Knicks que es un pecado no ir, que por cierto, ayer ganaron a Charlotte. Me alegra leer que todo te va bien.

saludos

Ander dijo...

Qué bueno, Miguel. Un gusto leerte (me dicen que ahora mismo hay en Ellis Island una exposición sobre los emigrantes vascos. A ver si me encuentras a algún Izaguirre).

Anónimo dijo...

Jo, qué pena que ya no seas mi profesor. Mucha, de verdad.