Creo que mi sobrina Ana me ha contagiado su inapetencia por la palabra. Ella saluda con una lacónica expresión y si no eres de su agrado (dentro de este selecto grupo entran su papá, su mamá, su hermanita Belén y sus abuelas) esconde la mirada e ignora todos los cariños que le hagas. Ya lo sé, no somos comparables: yo tengo 29 años y un blog y ella sólo cuatro y un dvd de Los Lunnis. Así que no tengo excusa: casi dos meses sin actualizar el blog es una falta grave. Ahora escribo para dar señales de vida y que ningún lector piense que me ha pasado algo malo, ¿dentro del concepto malo encaja trabajar un poco más que antes? He terminado varios libros, entre ellos Memorias de un europeo (El Acantilado), de Stefan Zweig, un enriquecedor acercamiento a la Europa de entreguerras de un verdadero intelectual. Al cine he ido unas dos o tres veces en esta temporada, y me quedo con Caramel, una película libanesa muy bien contada, bella y dura a ratos, como la vida misma. Y el resto ya irá saliendo poco a poco en mi verdadero regreso, porque esto no deja de ser un cobarde simulacro.
[Um. No puedo dejar esta entrada así. La conciencia].
No penséis que mi sobrina Ana es fría, distante o mal educada. Nada de eso. El otro día mi hermana me contó algo que la redime por caradura. Anica paseaba con su padre, mi cuñado Santiago, por una calle cerca de su casa. Unos metros más allá caminaba una de las dependientas del supermercado con un carro repleto de bolsas, quizá los pedidos del barrio. Al parecer, la cajera tenía "las posaderas de una amplitud considerable”, como dijo mi hermana. Cuando mi sobrina Ana se percató de 'ello', se empezó a reír y dijo entre carcajadas: "¡Papá, mira cómo se le mueve el culete!".
[Um. No puedo dejar esta entrada así. La conciencia].
No penséis que mi sobrina Ana es fría, distante o mal educada. Nada de eso. El otro día mi hermana me contó algo que la redime por caradura. Anica paseaba con su padre, mi cuñado Santiago, por una calle cerca de su casa. Unos metros más allá caminaba una de las dependientas del supermercado con un carro repleto de bolsas, quizá los pedidos del barrio. Al parecer, la cajera tenía "las posaderas de una amplitud considerable”, como dijo mi hermana. Cuando mi sobrina Ana se percató de 'ello', se empezó a reír y dijo entre carcajadas: "¡Papá, mira cómo se le mueve el culete!".
11 comentarios:
Mmm... Para la próxima, dile a la conciencia que actúe con mayor rapidez¡¡jaja!!
Y sí, trabajar más que antes es malo. Pero según cómo se mire, siempre podrá ser peor.
¡Qué alegría, cuando se ha chivado el bloglines de que habías vuelto!
Qué bueno que vuelvas, Miguel. Se te echaba mucho en falta. Por otro lado, sin que la secundes con el blog, la actitud de Ana me parece inteligentísima, al menos para el 90% de las ocasiones.
Fuerte abrazo.
Yo creo que escribes de mucho en mucho para que todos te felicitemos y saltemos de alegría por tu vuelta...jeje.
Pero, la verdad, se te echaba en falta.
Y sí, trabajar más es malo pero si llegas a casa y ves el Dvd de Los Lunnis con tu sobrina todo va mejor.
Dos veces fui al cine y casi me meto a ver caramel, la primera acbé viendo Expiación (malisima) y la segunda Los crimenes de oxford (que si me gustó)... ahora me arrepiento... ¡¡que bien que hayas vuelto!
Yo soy de los que pensaba que te pasaba algo. Como Nahum me dijo nosequé de un virus...
Sí, uno se preocupa cuando Sintomático no se actualiza. En cualquier caso, la actividad en los blogs también merece un descanso.
Bienvenido seas de nuevo. A ver si se engancha de nuevo también Nahum.
El miércoles pasado vi Caramel, pero me temo que había visto ya tantas veces el trailer que no encontré nada nuevo. Eso sí, fui al cine que ya es bastante.
queremos otra entrada! queremos otra entrada! queremos otra entrada!
Je. Va a parecer que trabajas... [la conciencia].
Un abrazo.
FELICIDADES. ¿Crees que ya has recorrido suficiente vida como para escribir tus Memorias de un europeo, de Murcia para mas señas? QM
Felicidades Carva!!!, ah! y no te preocpes, algunas cosas mejoran con el tiempo.
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