Los guas. Aquellos agujeros del lado de los cipreses en el campo de fútbol del colegio. Trampas en la sombra para los extremos que centraban en busca de un remate de cabeza inútil. ¡Qué fue de ellos! Duraban meses en la tierra seca. Olvidados en las épocas de la peonza o el yo-yo. Ignorados a principio de Liga, cuando los cromos de Paxti Salinas en el Athletic. ¡Y las canicas! Por no hablar de los boliches, amenazantes. Los boliches siempre los llevaban los malotes del cole. Todas las canicas juntas en la bolsita de tela, apretujadas en el bolsillo de un pantalón gris, con parches en las rodillas y los faldones de la camisa por fuera.
6 comentarios:
Brillante, amigo. Y emocionante.
Acudes a tu cita con el pasado una vez más; ¿quizá para no olvidar que también somos lo que perdemos?
¿Y dónde harías hoy un "guas"? ¿En un descampado infectado de jeringuillas usadas?
Que tiempos aquellos.
Muy bien. "Paxti" Salinas era un drogata, seguro. Jesús lo está viendo...
Perdón, 'Patxi'. La droga me atonta el juego de dedos.
Las canicas... qué baratas.
En eso invertía yo la paga del domingo. En eso o en un chicle.
No daba para más.
J., después de tu texto sobre Cubino y esta nostalgia de las canicas, deduzco que debe de haber algún comentario sobre las carreras de chapas a punto de caer en tu blog. Que caiga, que caiga, que menuda chapa te voy a meter como se te ocurra hacerme caso.
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