martes, 5 de enero de 2010

Un sueño cumplido y una manzana congelada


Se supone que he cumplido un sueño. Son las 17:40, escribo desde la habitación 45 de la decimoquinta planta del Hotel Doubletree en la avenida Lexington. Y aquí empieza una aventura que durará ocho meses: invierno, primavera y verano en Nueva York. Y así salda uno la cuenta del gran Alberto Nahum, con su ópera prima en la red, antes del bombazo que ahora celebra su primer aniversario. Esta historia arranca en el aeropuerto JFK y continúa en un taxi conducido por un chino. Me cobró 51 dólares, tarifa plana para todos los taxistas desde el aeropuerto. Le pagué 60. Carmen, una madrileña que me encontré en el vuelo desde Dublin, me recomendó calcular el 20% del total para las propinas. Aunque me quedé corto con el chino, me dijo algo común por aquí: Take care, man. Dentro del hotel me duché, dejé las maletas y miré ilusionado por la ventana de la planta quince, pero nada, las tripas grises del edificio. Me tumbé y procuré dormir: no había pillado una cama en 36 horas. Pero el ruido de la policía de Manhattan me levantó a los cinco minutos.

Por aquí, sobre todo, uno se cruza con latinos, negros y asiáticos. Quiero decir, apenas hay blancos, salvo en la zona centro de la isla de Manhattan, desde Lexington Avenue [pronúnciese abenú que da gustirrinín] en la 51 hasta la plaza Columbus al suroeste de Central Park. Mucha gente con dinero y buena ropa, en contraste con mis pantalones de Zara y mi abrigo Quechua del Decathlon. Bah, ahí mi pequeña huelga ante el consumismo poco navideño. Ya tendré ofertas y rebajas para ponerme pronto al New York Style. Después de asomarme a Times Square, comí una sabrosa hamburguesa y paseé Broadway arriba, hasta la 66, junto a Columbus Square. Después recorrí el sur de Central Park hasta el edificio Plaza, ese típico lugar con porteros muy elegantes y entrada señorial. Luego me paseé por la tienda de Apple para contestar un par de correos electrónicos. Después, casi a las ocho, volví al hotel. Fue divertido cuando un tipo se me acercó y me dijo: Excuse me, are you from New York!? Y era el primer día.

El domingo, legendario. Me levanté a las nueve, desayuné en un Starbucks y me fui directo en metro, línea 6, al Greenwich Village, barrio clásico, sesentero total. Me bajé en Bleecker Street, calle cantanda por Bob Dylan y Simon and Garfunkel. Este barrio, junto al Soho, Little Italy y China Town, es lo más recomendable para saborear el ambiente universitario, para comprar prendas baratas y probar comida variada. He visto ropa y precios que harían desmayarse a una cabra.

Luego me fui a Washington Square y bajé al sur por Sullivan Street. Y de golpe (eso pasa mucho por aquí: toparse con esquinas o rincones especiales) me encontré frente al mítico local de jazz The Blue Note. Como tenía hambre, lo ignoré y fui directo a Trattoria Spaguetto. Allí degusté un plato de pasta (penne alla rabiatta), una coca cola y un espresso. Pagué 20 dólares (14,5 + propina). Luego volví al Blue Note. En la puerta, me fumé un cigarro que había comprado en una tienducha del Soho (tabaco caro, 10$). Agarrar el cigarro es una tortura. ¡Hace un frío espantoso! Dios mío, qué puñetero frío. Alfileres clavados en la cara, martillos aplastando los dedos, Myke Tyson golpeándome la nariz... Nada comparable con el frío de Manhattan. Cuando uno se abre a una gran avenida las ráfagas le golpean: como si el final de la calle terminara junto a un iglú y un esquimal pescando en el hielo. ¡Menos 6 grados!

En la puerta del Blue Note, después de mirar por la ventana y en los carteles, una fumadora me preguntó si podía ayudarme. Le dije que cuánto costaba la entrada, y me contestó que mesa pagando y barra sin tarifa extra. "Es decir, ¿una cerveza en la barra puedo tomar mientras escucho a la que toca el saxo?". "Sí", dijo. "Gracias". "You're welcome", contestó.

Y allí que me metí para hacer tiempo antes de la ir a la catedral de St. Patricks. El rector de la Iglesia celebraba Misa en español (el cartel anunciaba tres todos los domingos). Mucho hispanohablante. La iglesia de estilo gótico se encuentra alzada entre mastodontes de hierro y grandes alturas en la Quinta Avenida. De hecho, justo enfrente, se levanta el Rockefeller Center, el mítico edificio de los treinta donde está la pista de patinaje sobre hielo y se rueda la serie 30 Rock, con Tina Fey y Alec Baldwin. Hoy he subido a lo mas alto de la torre, y desde allí he visto la isla. Pero no a King Kong.

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Pie de foto: Aquí la gente necesita mucho consejo de psicólogo. Espero hacer amigos pronto. Más fotos.

21 comentarios:

Nahum dijo...

¡Qué gran comienzo! ¡Cómo vamos a disfrutar con esta vuelta tuya a la blogosfera!

Tiene que haber una etiqueta para antiheroísmos, eh: propinas de más, desastres lingüísticos, pifias en tiendas, metros erróneos y cosas así, please.

Ah, King Kong aparecerá. Dale tiempo.

Meri dijo...

Michel. que envidia me das!! Cuando estuvimos nosotros nos encontramos con Alec Baldwin y Juliane Moore rodando en Rockefeller Center. Y cuando subas al Empire verás a King Kong..jejeje..Seguiré tu blog para recordar NY. Lo de las propinas el suele ser entre el 15-20% depende de lo que te haya gustado el servicio..;)

pablo dijo...

Qué bueno Miguel.
Voy a seguirte para ver qué nos cuentas de la ciudad que nunca duerme.

No olvides hacerte una foto en el CBGB's!



Pablo.

Marta dijo...

¡Qué grande, has empezado fuerte fuerte,eh! ;) Será cosa del frío, por desentumecer los dedos contra el teclado ¡jeje! Quizá no sea una mala fórmula.

Consígueme la dirección de ese garito de tarot, bola de cristal y lectura de manos. Por diez dólares... me parece una ganga ¡jaja!

Ps.- lo confieso: me ha matado de envidia lo del garito de jazz. Bueno, en realidad...eso y todo lo demás: creo que me teletransportaría ¡jaja!

Ander dijo...

Jobar, Miguel, en un par de días ya has escrito media guía de NY. Entre las visitas desconocidas, hubo una que me gustó muchísimo: el Tenement Museum, donde te muestran los pisuchos en los que se hacinaban los emigrantes de finales del XIX principios del XX, y te cuentan sus vidas al detalle. Encima tienen una librería muy buena con historias de emigrantes.
Muy recomendable, sobre todo después de visitar Ellis Island. (www.tenement.org).

belen torregrosa dijo...

ou yes, qué bien suena tu nueva vida... y ese sueño por fin cumplido. Mientras esperamos lo propio, seguiremos tus pasos asomandonos a la soñada NY por la ventanita de tu rincón blogosférico. Enjoy!!

Juan K dijo...

Qué bueno Miguel! Para mí, que no he estado, es fantástico descubrirlo con tus descripciones a pie de calle. Por cierto, me han dicho que en Blue Note también se puede comer mientras disfrutas de Live Jazz. Sigue con estas geniales entradas en tu blog y fotos que por cierto en alguna debes salir al estilo del tío viajero de los fraguel rock. : )
Un abrazo.

Alicia dijo...

Es increíble la sensación de encontrarse en un sitio totalmente diferente en cuestión de horas. Te hace sentirte otra persona.Algo más libre... y los sentidos se agudizan intentando fotografiar cada rincón... Totally amazing!
Déjate invadir por ese nuevo yo al puro estilo neoyorquino!
Besos.

Carolina Pascual [Atocha] dijo...

Un placer compartir tu sueño americano. Sigue así: dándonos envidia, y no te canses de relatar cada nueva esquina ;-)

Unknown dijo...

Qué bueno. Aquí seguiremos esperando más entregas.

GaZZeTtA dEl XaVVi dijo...

¡Qué grande! Seguiré visitando tu blog para ponerme al día de lo que sucede por aquellos barrios. Espero que te vaya todo genial, ya nos contarás cosillas cuando vuelvas por la lejana (para ti) UMH. Un saludo.
Xavi

Gosia dijo...

Resulta que el hielo te sirve, Miguel...Es precioso! PS. En Polonia estamos a menos 15, en algunas partes -30...

Jasepuch dijo...

Gran post. Puro Holden Caulfield.

Miguel Carvajal dijo...

Nahum, ya he tenido varias jugadas de antihéroe. Las metí, pero no cuadraban con la llegada. Tiempo al tiempo.

Meri, bienvenida por aquí. Haré todo lo que me planteas.

Pablo, esa foto en el CBGB's es un debe, no faltará. Gracias.

Marta, tienes mucha culpa de esta vuelta. Al psicólogo le recomendaré que lea Ardiendo...

Ander, Ellis Island es la visita de este finde. Hoy he ido al puente de Brooklin, Fulton Market, zona cero. Gracias por el dato del museo.

Belen, no sabes lo que te gustaría esto. No pararías de comentar las tendencias.

Juan Carlos, sí, se podía comer en el Blue Note, pero espero para cuando vengas: tú fuiste el que me lo recomendó.

Alicia, te debo una muy grande. Espero que al menos te quede el consuelo de estas aventuras. :-)

Carolina, muchas gracias, dentro de poco habrá más.

Gracias, David, Xavi. Estoy reposando varias visitas, y pronto las escribiré.

Gosia, seguro que el frío de Polonia me vendría mucho mejor.

Javi, me pones un listón muy alto. Je, je.

Gracias a todos. Me alegra mucho teneros ahí, esta pequeña soledad neoyorquina se neutraliza con vuestros ánimos.

Marisol dijo...

Sólo puedo decirte que en este momento muchos querríamos ser tú. Siéntete un poco neoyorkino por la parte que nos toca a los que tenemos la misma ilusión que tú por estar ahí.

Marta Saiz dijo...

Muchísimas felicidades Miguel !! Ya veo que no estás desaprovechando el tiempo. Disfruta de esos 8 meses porque, seguro, se te pasarán volando.
Seguiré con interés tus andaduras por la Gran Manzana.

Un saludo desde España !

Fran Galera dijo...

Miguel!!! que bueno me encanta saber de ti tenia muxas ganas de que empezaras a mover el Blog ha sido una magnifica entrada para empezar estoy deseando la segunda ya, espero que ya hayas conocido a gente alli y que todo siga tan bien asi que no tardes en actualizar el Blog que nos tienes en asquas.

Un fuerte abrazo desde aqui.

Fernando Olabe dijo...

¿Y dónde queda la habitación a la "After Hours" de Scorsese que era la prevista para este inicio de vida neoyorquina?
¿No va a haber protagonismo en una performance?
Disfruta, puñetero. Hoy te echaremos de menos cuando hagamos cola ante el menú de Altabix.
Un abrazo.

El Nautilus dijo...

Ya te veo grabadora en ristre, capturando los diálogos de los viandantes entre la Quinta Avenida y Columbus Avenue, para tu gran proyecto de investigación. Good luck, man! Y no olvides dejarte caer por el Museum of Television, (25 West 52nd Street), donde podrás admirar algunas de las grandes series de todos los tiempos... Abrazote.

Miguel Carvajal dijo...

Marisol, Marta, espero sacarle el máximo partido. Un saludo!


¡Fran! Qué grande! Abrazo!

Fernando, la señorita performance era un poco rara y con alguna excusa mala pude cancelar la operación after hours. Je, je! Toamos una cerveza en el Palacio del Colesterol a mi salud!

Jose! Me apunto lo del Museum of Television. Y la grabadora no, pero el bloc y la cámara siempre lo llevo a mano. Abrazos!

Anónimo dijo...

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