martes, 17 de marzo de 2009

Adiós, Clint



Este es el tercer intento. El primero arrancaba con una breve sinopsis de la película, el segundo era un calco del guión y el tercero es un simple llamamiento: hay que ver Gran Torino. Clint Eastwood dice adiós a su carrera de actor. Es una despedida sin grandilocuencias, sin legados ni testamentos. No se toma en serio: el público reía en cada escena. Hace de cascarrabias, de veterano de guerra, de viudo, de vecino puñetero, de católico descreído, de viejo en un país para otra cosa. Revisa todos sus papeles de vengador: El Jinete Pálido, Sin Perdón, Harry. Los revisa y los engrandece sin tomarse en serio. Descubre lo que va de la venganza al sacrificio. La audiencia aplaudió. ¡Qué película!

4 comentarios:

Nahum dijo...

Jo, pues mira que a mí la película no me apasionó...

J. dijo...

Clint Eastwood. Sí, sí. Qué tío.

María dijo...

mucha gente m ha dicho que era buena, que tenía que verla!. Y tu lo corroboras!. me la apunto!

eresfea dijo...

Hace años que viene perfeccionando su papel. Ya no vemos en sus películas un personaje, sino un personaje que hunde sus historia en otras películas, un personaje que se poya en nuestra memoria de otras películas. Esto, para mí, empezó en Sin perdón. Ese final, cuando le da a la botella y hace felices a los espectadores que saben lo que ocurrirá cuando se emborrache. Todos decimos para nuestros adentros: sí, sí, bebe, y dales por... Y entonces estamos alentando a tantos personajes de Clint...