El picudo rojo, que no es un mote de Zapatero, se ha cargado nuestra palmera. Mi padre la plantó en 1978, el año en que nací peligrosamente. La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (¡Gora!) nos indemnizará con unos cuatrocientos euros, daños morales causados por la plaga no incluídos. Yo no valgo tanto, aunque somos de la misma quinta, sin embargo su muerte me ha afectado. Era un árbol bonito, firme y me empujaba a crecer día a día. Teníamos una batalla mutua y, ahora, uno de los rojos se la ha cargado. En casa, además, me dicen que yo he tenido la culpa, que habré traído alguna de las larvas del picudo desde Elche, porque soy casi ilicitano y, según Ander, esos son los que hacen cosas ilícitas.
5 comentarios:
¡Ánimo, Sintomático! Yo no creo que hayas tenido la culpa...
Mecachis... Menudo disgusto me das. Tendrías que haberte sentado a dialogar con el picudo. Ahora lo propio sería emprender una batalla y plantar otra palmera. QM
Hablando de rojos: el otro día me contó Araceli la historia del único general rojo de Franco. Su abuelo materno: Carlos Rojo.
Aparezco por aquí por casualidad...
Buscando cosas de Diariu...
Un saludo ^^
Supongo que no será casualidad, pero yo tengo la canción "Manyana", la más bonita de Diariu.
Al del blog también le apasiona. Si me facilitas tu correo-e, te la paso.
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