El pasado 7 de octubre los programadores provocaron un trágico dilema en la zona levante: ¿O Rocky (1976) en Canal 9 o Depredador (1987) en La Sexta? Ambos son títulos reconocidos, con guiones excelentes. Resultado: cambio frenético de canal, pero más tiempo por la selva calurosa (“Camboya comparada con esto es Kansas”) de la mano de Arnold Schwarzenegger. ¡Los diálogos entre la cuadrilla!: “Si sangra, podemos matarlo”. Mi relación con Balboa por tanto fue intermitente y deficitaria, pero no me perdí su combate contra Apollo Creed. Este personaje lo interpreta el mismo comandante de Arnold en la jungla: Carl Weathers (voz de Constantino Romero). Weathers, Dillon con uniforme militar, es un jefe manipulador que acaba hincando rodilla por salvar su honra.
La pelea final entre Rocky y Apollo y la batalla nocturna entre Dutch y la bestia, “el diablo cazador de hombres”, son momentos que uno nunca se cansa de ver. John McTiernan, director de Depredador, tiene otros títulos inolvidables: La Jungla de Cristal (1988), La caza del octubre rojo (1990). Mc Tiernan usa el recurso que Steven Spielberg empleó en Tiburón (1975): no enseñes al bicho hasta el final. Así, mientras en aquella los compases de la banda sonora obligan al espectador a subir los pies al sofá, en ésta la peculiar visión ultravioleta del asesino alienígena genera la misma tensión. En fin, peliculones para entretenerse de verdad.
O eso, o el debate entre McCain y Obama.
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Al terminar este texto, me he preguntado qué dijo entonces el diario de referencia sobre Predator. Me lo temía: ¡estos productos vacíos de sentido! El crítico acude a la comparación Arnaldo-Silvestre y sale mejor parado el republicano.
La pelea final entre Rocky y Apollo y la batalla nocturna entre Dutch y la bestia, “el diablo cazador de hombres”, son momentos que uno nunca se cansa de ver. John McTiernan, director de Depredador, tiene otros títulos inolvidables: La Jungla de Cristal (1988), La caza del octubre rojo (1990). Mc Tiernan usa el recurso que Steven Spielberg empleó en Tiburón (1975): no enseñes al bicho hasta el final. Así, mientras en aquella los compases de la banda sonora obligan al espectador a subir los pies al sofá, en ésta la peculiar visión ultravioleta del asesino alienígena genera la misma tensión. En fin, peliculones para entretenerse de verdad.
O eso, o el debate entre McCain y Obama.
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Al terminar este texto, me he preguntado qué dijo entonces el diario de referencia sobre Predator. Me lo temía: ¡estos productos vacíos de sentido! El crítico acude a la comparación Arnaldo-Silvestre y sale mejor parado el republicano.
5 comentarios:
McTiernan pasará a la historia del cine sólo por esos dos peliculones que son La jungla de cristal y Depredador.
Tío, me están dando unas ganas de largarme al videoclub... QM
Hay una frase de Depredator que creo que resume todas las demás: "El hijo de puta está más agarrado que una garrapata". Creo que la pronuncia Arnold mientras acribilla a tiros a algo o a alguien encaramado a un árbol. Ya no se hacen películas así.
Carlos Boyero
jajajajaja pues yo en mi inmensa ignorancia no he visto ninguna... porque no me van mucho, pero oye! para gustos colores!
Cine de Calidad, ¿O no?
Eso si, entre Arnold y Sylvester, me quedo con Bruce, en La jungla de Cristal: McClane, que no McCain.
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