El 16 de septiembre Arturo volvía del trabajo a mediodía. A las catorce horas, trece minutos, en la autopista A31, justo antes de entrar a Albacete, mientras escuchaba a Carlos Finally en Rock & Gol, un camión que venía en dirección inversa salta la mediana delante de él. El camión choca de forma frontolateral con un trailer que iba delante de Arturo. A tres segundos. Uno de los coches que circulaban en su sentido no logra esquivar el accidente y sale por la cuneta. Arturo detiene el coche a 50 metros del lugar del impacto. Una pareja de guardias civiles, que venían en dirección contraria, consigue sacar al conductor del camión justa antes de que empiecen a arder los dos camiones y el coche de la cuneta. Todo tres segundos antes de que él pasara.
Anoche me costó conciliar el sueño pensando en esos tres segundos, dijo.
-Por cierto, ¿sabes qué hacía la gente mientras los dos guardias civiles se jugaban la vida?
-¿Qué?, pregunté.
-Sacar fotos con los móviles. Te lo decía por lo que escribiste en el blog.
La noticia sería una más de cualquier periódico local, sino llega a ser por esos tres segundos, por el valor de esos dos guardias civiles y por la sorprendente indiferencia morbosa de algunas personas.
2 comentarios:
Es increíble cómo tres segundos (o menos, también) pueden salvarle a uno la vida o llevársela. Bueno, tres segundos y Alguien que sabe más...
Vaya susto, y vaya problema el de los mal entendidos 'periodistas ciudadanos'
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