Bogavantes. Una docena. El día anterior durmieron en la parte baja del frigorífico, liados en una toalla húmeda, para que se conservaran vivos y frescos. Ni siquiera compartieron cajón con los tomates que les acompañarían al día siguiente, ya triturados. Encima de ellos, en el siguiente estante, en dos platos hondos, había sepia y langostinos. Pero muertos.
Santiago cerró el frigo y durante la noche soñó con los bogavantes.
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*Las únicas que se salvan de la quema en el concurso son María y Belén, acertaron en la especie.
6 comentarios:
¡¡Qué ricooo!! Y qué listas María y Belén. Pero era tela de complicado adivinarlo ¿eh?
Hombre, Miguel. Pues yo que me acabo de enterar de tu regregreso a la blogosfera. Y tu, mientras, comiendo...
Abrazote
Sintomático, entiendo que esto no lo haces para que nos estrujemos los cerebros sino para darnos envidia con ese arroz repleto de bogavantes. Además, con lo bueno que están los arroces allí. No hay derecho.
¡Cómo os lo montáis!
Se solicita receta detallada.
viva!!!!! es la primera vez que medio adivino una de tus adivinanzas!! ¿de premio?
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