La gente pone demasiado énfasis en las fiestas de Nochevieja. Semanas organizando algo, con expectativas amorosas altas y el mismo fraude nocturno. Mi rebeldía en la del pasado año fue vestirme con pantalones vaqueros y una americana. La gente me miraba como si hubiera cometido un delito social. ¿No llevas traje? ¿Y la corbata? Casi no me dejan entrar en el bar definitivo. ¡Cuántas exclavitudes en las fiestas de postín!
4 comentarios:
Sí sintomático, muchas esclavitudes, por ejemplo: salir de madrugada o entrar en el bar definitivo.
Que nadie se altere, pero... ¿qué pasaría si ese día nos fuéramos todos a la cama a las doce menos cuarto de la noche? !Bah!
Yo me fui a la una menos cuarto... ¡uy!
Como dice un amigo mío, ojalá algún 31 de diciembre me pueda acostar a las diez y levantarme al día siguiente tan fresca...
Pero eso no lo cambio por esta Nochevieja en Lisboa...
Lo de las uvas en familia tiene su gracia. Ramón García me cae bastante bien. Lo digo por llevar la contraria a los intelectuales mediáticos. Este año volví a conseguir el pleno.
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