martes, 30 de enero de 2007

Cristal ahumado


Ayer cayó en mis manos un ejemplar de Cristal ahumado (Gabriel Insausti, 2006), un libro de haikus con una apacible portada azul celeste. Lo leí de un tirón, aunque eso es fácil: los haikus son poemitas de dicesite sílabas y el libro tiene 64 páginas. El autor (finalista del Nacional de Poesía y ganador de numerosos premios) es profesor de mi antigua universidad y ahora lo recuerdo por los pasillos de la biblioteca. También recuerdo que me precedió en un ciclo de cine de un colegio mayor de San Sebastián. Él habló sobre una película de John Ford, no sé si fue Qué verde era mi valle o El hombre tranquilo. Al día siguiente yo llevé El apartamento, de Wilder (la presentación de la película se la fusilé a Nahum, experto en metaficción, Basilio Martín Patino y narrativa audiovisual). Leer haikus es algo distinto a todo lo demás (era mi primera vez): tiene el enigma de la adivinanza, el lirismo de un poema, la profundidad de cualquier género mayor de la literatura, la lección de un apotegma, la chispa de una ocurrencia y la brevedad de un verso. Una veta.
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A medianoche

crecen brazos de sombra

bajo tu cama.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabio sintomático, el haiku reúne todas esas virtudes, pero acaba resultando pelín repetitivo, ¿no? Aún así, ¡reivindiquemos a Basho!

al ladrón
se le olvidó la luna
en la ventana
(ryokan)

http://www.elrincondelhaiku.org/sec2.php

Anónimo dijo...

Bravo, Melgar, bravo.

Grandes poetas escondidos: ahora Insausti; Melgar en cuanto se atreva a dar el salto.

De Insausti, mis favoritos son estos dos:

"Noche en el campo:
las luciérnagas fuman
a escondidas"

y

"Nieva: en el cielo
alguien va desmigando
su hogaza blanca"

Anónimo dijo...

Nunca me ha interesado demasiado esto de los haikus, me parece que fácilmente caen en el ridículo.
De hecho, no tengo muy claro que es métricamente un haiku.
Por los ejemplos que ponéis parece que este valdría:
"Haiku está triste:
sus palabras se mueren
en cuanto nacen"

Anónimo dijo...

El haiku más puro es aquel que está compuesto por 17 sílabas, estructuradas en tres versos de 5-7-5. En japonés no tiene rima, ni título y, además, se pueden eliminar los signos de puntuación y las mayúsculas. Es necesario que haya referencias a la estaciones o al tiempo.

Más o menos, eso es un haiku.

Miguel Carvajal dijo...

Gracias a los tres por las aportaciones. Melgar, bien explicado. 2toievsky, atrevido y eficaz. Nahum, esperamos tu reseña en la revista.