El tren es un clásico recurso para desplazarse desde un punto a otro, pero también es un fetiche literario. Esta mañana, durante el trayecto en tren, he terminado de leer una novela que había empezado hace unos cuantos meses (Doctor Pasavento de Enrique Vila-Matas). Estas fotos, hechas con la cámara del móvil, son mi pequeño homenaje al autor, a quien he seguido desde su primer viaje vertical hasta su reciente desaparición, más allá del escenario y de la tramoya.
7 comentarios:
A mí me entusiasmo El viaje vertical, pero después todo me ha ido pareciendo más de lo mismo, aunque debo reconocer que no he leído el Doctor Pasavento. No me gusta demasiado la gente que siempre escribe sobre libros. Yo prefiero la vida a la literatura, creo que Vila-Matas, no.
Ojo, Vila-Matas no escribe sobre libros, escribe sobre escritores, ficticios o reales: Bartleby, Montano, Pasavento, Ingravallo, Walser, Pla... Quizá tampoco sobre escritores, sino sobre estados del alma escritora. O sobre él mismo, hasta el punto de que no escribe porque quiere desaparecer.
Y el metro es un lugar incomparable para leer la prensa gratis por encima del hombre.
Saludos y estupendo blog.
El tren es también uno de los grandes temas del cine. Ahí están para demostrarlo El maquinista de la general, El expreso de Shangai, Extraños en un tren...
A mí el que más me gusta es ese oscuro tren que lleva de nuevo a Shinbone al hombre que no mató a Liberty Valance.
A mi el tren me recuerda esas películas de Steven Seagal de los domingos por la tarde...el tren va cargado de cabezas nucleares y Steven Seagal, ex-militar pero actualmente cocinero del convoy, debe salvar al mundo(USA)...
Y el famoso Puente de Casandra.
Vila-Matas no ha desaparecido. Simplemente se esfuma entre libro y libro y puede estar leyendo tu blog y sacarte en su próxima novela. Ojo.
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